Clara Milton odiaba a los hombres
Siempre era lo mismo para ellos, la vida era tan buena, la vida era tan excelente omo tú pidieras verla. Pero para ellos la vida era aún mejor.
Habían nacido con todas las oportunidades ofrecidas en la mano y no obstante con una fuerza prudente para terminar con cualquier tarea. Pero ellos decían ser egoístas, soberbios y orgullosos. Jamás había conocido a un hombre que fuera considerado con ella.
Y no es que ella quisiera ser hombre. No claro que no. Adoraba ser mujer sobre todas las cosas ser mujer implicaba ser fuerte y esforzada. Pero aún más le encantaba la fuerza de espíritu que ser mujer indagaba. Solo le molestaba su corazón fraquiante y su mente rencorosa. Clara era toda una mujer. Cada cosa que se proponía lo lograba con esfuerzo y dolor. Mientras que para ella en cambio los hombres eran monstros destructivos que jamás movían un dedo sin una mujer para ayudarlos.
Empezando desde su Padre y su hermano mayor.
Clara adoraba a su madre con toda su alma, pero el corazón de muchas mujeres era blando y eso había jugado demasiado en contra para ambas. Por eso Clara Milton odiaba a los hombres.
O al menos eso pensaba a hasta que conoció a Esteba Hernández y con el conoció a Dios.
Y ambos le mostraron un mundo muy diferente y un estilo de vida muy diferente.
Y un amor más grande que el mismo planeta. Un amor completamente inimaginable.
" Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó."
" Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra."
GÉNESIS 1: 27-28
Relato corto para el Concurso de Escritura de la Editorial Vida con Proposito.
Tema: "¿Familia Feliz? Recuperando lo perdido "
@EditVidaconProposito
Las votaciones del año 2036 son algo que no me emociona, ya que los candidatos, a mi parecer, no valen la pena, en especial Alejandro Villanueva, aquel chico que se burlaba de mí por mi sobrepeso y al que ahuyenté cuando decidí defenderme. Mi encuentro con él y mi comentario imprudente en la fila para votar es el inicio de una propuesta que no puedo rechazar, así como tampoco puedo negar la profunda atracción y el inmenso deseo entre los dos.
De la noche a la mañana me he vuelto la futura dama y también he descubierto que soy la obsesión del presidente.