Un día, por azar, descubrió los chats de internet. Pensó en la facilidad de hablar sin ser visto. Se aficiono; en pocos meses paso a ser adicto. De todas formas, cada vez era mayor su necesidad de saber como eran estos nuevos amigos de los que nunca había visto ninguna fotografía. A el le resultaba especialmente curiosa una persona que le enviaba un mensaje cada día. Pensaba que era un chico amable. Un día, prácticamente sin darse cuenta, aceptó una cita.All Rights Reserved
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