-por que eres así?- me grito sujetándome del brazo.
-así como? Fría? Dura?-yo también le grite, estaba furiosa. Me acerque a el.
-exacto, por que no me dejas entrar en tu mundo yo sólo quiero ser un mano con al cual sostenerte- seguía gritándome y me tomó del brazo.
-puedo sola, lo eh hecho de siempre- lamente abrir mi boca y de un tirón hice que me soltara.
-hacer que? Michelle dime? No te entiendo- exigió en un grito.
-no importa, así es mejor- me di la vuelta para irme
-eso es lo mejor que haces? Huir?-
-cállate!!!- grite.
Me tiene tan terriblemente harta.
Su grave carcajada me dejó desconcertada, estuve a punto de hablar pero me giró bruscamente, dejando mi espalda pegada a su pecho, un brazo suyo se aferró a mi cintura y el otro a mi cuello para mantenerme sometida y quieta.
- ¡N-No! - quise gritar pero la presión en mi cuello fue bastante como para obligarme a callar. Mis ojos se llenaron de lágrimas, sentía temor por lo que me fuera a hacer - T-Te di lo que querías, por favor, no quiero irme... - mencioné con la voz quebrada.
No quiero pasar por lo mismo...
- Shh - me calló con notable dulzura y paciencia - Escucha atentamente, la condición es que vengas conmigo por voluntad propia y así no pondrás en peligro a toda tu familia - su mano tocó mi mejilla que ya estaba tan empapada de lágrimas, acariciaba con lentitud mientras yo temblaba con terror - Si no es por las buenas, entonces será por las malas. Tu eliges, cariño.
- ¡Eres un... desgraciado!
• 𝐇𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚 𝐡𝐞𝐜𝐡𝐚 𝐩𝐨𝐫: 𝐂𝐫𝐢𝐬𝐭𝐚𝐥 𝐂𝐚𝐛𝐫𝐞𝐫𝐚.
• 𝐃𝐞𝐫𝐞𝐜𝐡𝐨𝐬 𝐫𝐞𝐬𝐞𝐫𝐯𝐚𝐝𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐚𝐮𝐭𝐨𝐫.
• 𝐍𝐨 𝐜𝐨𝐩𝐢𝐚𝐬/𝐩𝐥𝐚𝐠𝐢𝐨𝐬/𝐚𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐞́𝐬𝐭𝐚 𝐧𝐨𝐯𝐞𝐥𝐚.
• 𝐂𝐨𝐧𝐭𝐞𝐧𝐢𝐝𝐨 +𝟏𝟖.