En un mundo donde demonios y humanos conviven comenzaron a crearse los híbridos, pero estos últimos eran incapaces de poder controlar adecuadamente la sangre de demonio, perdiendo el control muchas veces. Por lo cual, las familias debían marcar a sus híbridos y controlarlos mediante la marca, sin embargo cientos de años después eso aunque se sigue haciendo, los híbridos en su mayoría son tratado como juguetes, mascotas o sirvientes. Dándoles solo dos opciones: ser marcado o morir.
Zhenya es un híbrido que vive siendo perseguido por la policía y el miedo de ser marcado, al ser uno de los "no marcados" Y ahora más que nunca al estar ocurriendo unos asesinatos y todos apuntan a los Sin marcas por el deseo de obtener la perla núcleo. Por una circunstancia conoce al señor de las tierras del Oeste y es "apresado" por este. Tendrá que decidir si trabajar con él para liberar la atadura que le puso o vivir con esa atadura el resto de su vida.
Zhenya: Jamás me dejare marcar por nadie.
Lykos: los híbridos son solo criaturas lamentables. Marcarlos es la mejor manera de que vivan.
Tras algunos años de evitar abordar sobre su vida con su familia, Wangji recibe una visita inesperada que lo pondrá en algunas situaciones que jamás pensó pasar.
**Esto es un intento de humor, por lo que no se lo tomen tan en serio**
Por cierto, este fic esta basado en una obra de teatro (Claudio, eres ¿ESO?) que se presentaba en mi tierra hace algunos años y que regreso para un reencuentro.