La victoria fue contundente, aunque, eso no fue suficiente para calmar el sabor amargo de la perdida de sus hermanos caídos en la batalla. Las palabras de aquella mujer no eran solo una vacía advertencia sino, por el contrario, son una realidad inmediata pues la gloria de un imperio fue arrebatada por seres dominantes que merecen pagar por su crueldad. El olvido es sórdido y oscuro, tan oscuro que hasta las mentes más razonales perderán la cordura.