En las sombras hay un motor que mueve todo lo que es demasiado grande para los humanos. Actuando de formas misteriosas desde antaño, siempre han estado las grandes casas vampíricas, encargándose de los problemas humanos de maneras que lo son todo menos humanas.
Amsden Tattersall pertenece a la casa de vampiros más importante de América, pero no está precisamente contento con aquello. Nunca ha sido un vampiro muy honorable para su padre; no es tan seguro como su hermano; y aunque nadie lo sepa, es gay. En el momento que alguien de su hogar descubra eso, todo estará perdido para él. Así que sus preferencias deben mantenerse privadas del mundo.
Más allá de su vida como vampiro, también está su vida como adolescente, que le está trayendo más problemas de los que Amsden quisiera soportar. Y para hacer todas las cosas más complejas de lo que deberían ser, aparece Kennard, un chico detestable con quien Amsden no quiere tener nada que ver.
Pero cuando Kennard se ve envuelto en un asesinato, las cosas cambian. Y a pesar del odio que Amsden sentía por Kennard, comienza a desarrollar algo nuevo dentro de su corazón, algo que nunca antes había sentido. Una sensación que debía ser la primera vez que aparecía en la tierra...
Vampiros, romance, poder... La casa de Tattersall podría colapsar en cualquier momento, y el futuro de las sociedades vampíricas recae únicamente en los hombros de Amsden Tattersall, quien está demasiado concentrado en sus sentimientos como para poder pensar correctamente.
La adolescencia adolece. Cuando eres gay lo hace aún más. Y cuando eres un vampiro adolescente homosexual, pareciera que la vida fuera una sucesión de ridículas vivencias que no parecen tener intenciones de hacer sentido.
Bienvenido a la casa de Tattersall