Libertad de opinión, igualdad y comprensión. Era todo lo que quería.
Una mujer puede matar a más de 10 hombres, ya sea con su belleza, con su intelecto o tal vez con una espada. Una niña podía pelear hasta mejor que un niño que ha sido entrenado por años.
Y solo tenía 14 años. Aún era una pequeña muchacha, una con un mundo por explorar, le faltaba mucho por crecer, madurar y aprender. Era testaruda, maleducada y rebelde, odiaba seguir órdenes y comportarse como una dama. Ella quería ser independiente, quería llegar algún día a poder manejar el reino entero sola, sin depender de ningún hombre ni sus órdenes. Más su imaginación y su carácter volaban más alto que un ave. Pero eso no se le fue posible.
Esa noche, sin poder dormir la joven de cabellos castaños diambulaba por los largos pasillos del castillo de Wind Zor, escuchó la noticia que derrumbó sus fantasías desde que era niña. Su padre la había comprometido con el hijo del Rey Zorbok, del reino de Biblak, en el norte.
Y así, con su vestido verde y con sus pies desnudos corrió. Salió del castillo, huyendo de una realidad, la cual parecía una pesadilla. Los guardias al verla salir, la siguieron y la persiguieron.
Entonces fue ahí, en aquel bosque, en ese gigantesco árbol rodeado por unas preciosas flores azules, y adornado con pequeñas luciérnagas, donde sus energías llegaron al tope, y cayó desmayada en el verde pasto, a media noche.
"Al abrir mis ojos, me topé con unos de color azul, como el mar. Me levanté y lo miré detalladamente. Era un muchacho, tal vez de mi edad. Piel blanca como la nieve y una cabello tan negro como la niche misma, como lo que había derrumbado mis esperanzas. Pero lo que más destacaba de él, eran sus peculiares orejas puntiagudas.
-historía original. Pido con todo respeto que si van a hacer adaptaciones, den créditos. Gracias!
Permitidos los fanfics, dibujos y/o cualquier tipo de entretenimiento basado en la historia.
Lin Yi, un trabajador de oficina muy trabajador, murió una noche por exceso de trabajo. Cuando abrió los ojos de nuevo, se encontró en el cuerpo de un personaje que había sido carne de cañón y que había sido casado con un magnate como parte de una alianza comercial entre dos familias adineradas.
En este matrimonio, Lin Yi era prácticamente invisible. Su dominante marido nunca volvía a casa, dejándole sólo una asignación mensual de cinco millones de yuanes.
Lin Yi: ¡Qué buena oferta! ¡Es hora de vivir la vida como un adicto al sofá!
Aparte de eso, Lin Yi también tenía un hijastro llamado Huo Mianmian, un niño de tres años que era pequeño, suave y hermosamente refinado. Sin embargo, el niño generalmente era muy tranquilo y cauteloso con los demás, no se acercaba fácilmente a nadie.
Lin Yi no tenía que preocuparse por criar al niño, disfrutaba de su nueva libertad, su única preocupación era cómo gastar su dinero.
Cuando estaba feliz, compraba un inmueble comercial; cuando no estaba feliz, un coche deportivo...