En donde la perversidad se esconde en la tan anhelada e inalcanzable pureza, besos, gemidos, gritos, placer, todos ocultos en la mirada inocente y experta del diablo en persona, el que una vez fue Ángel, es ahora el tan concurrido y temido demonio... Grita, grita, grita, hasta que me convenza de que me llamaras tu más hermoso diablo, a que me llames tu más temido Ángel. Ruega por mi... Peca por mi...All Rights Reserved