La fantasía no podía vencer a la realidad. Y esta mujer pertenecía a la fantasía, ella no podría ganarle a él. Kohaku estaba en una de las páginas del libro con esa inscripción que ni siquiera Senku fue capaz de descifrar pero sí de recitar, ella era la guardiana del fruto prohibido para la humanidad y se había materializado de la nada y entrado a sus sueños cada noche.All Rights Reserved