Mudarse era ya una situación estresante, dónde lo único que quieres hacer al final es acostarte y dormir más de ocho horas, o al menos eso era lo que Argentina quería hacer al terminar de desempacar; lo único que logró esa noche fue un encuentro con un demonio que vivía en su habitación desde hace meses. Ahora tenía que vivir con aquel demonio el resto de su vida, o hasta que le permitan al intruso volver a su hogar.