Admiraba las historias de amor, esas donde la chica en apuros conoce a un chico lindo que la ayuda a superar las dificultades, ese que aparece en los momentos más inesperados, donde las emociones y sentimientos son tan fuertes que no puedes dejar de leer, de sentirte parte de la historia. Siempre, uno de esos libros estaba en su mochila, no pasaba mucho tiempo sin leer, por lo que su mente estaba llena de historias de amor y quería llegar a sentirse igual que la protagonista.