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Te levantas, te haces el café, eso es algo básico incluso antes de mirarte en el espejo o quizás de lavarte la cara.
Vas al armario y te pones lo primero que ves, pensando que hoy no va a ser un gran día, un día cualquiera.
Sales a la calle, te parece todo gris, tenue.
Llegas al metro, te sientas y de repente a unos metros de ti todo lo gris se convierte en luz ámbar, púrpura.
Alli está esa persona que es la primera vez que la ves y te pareció conocerla toda la vida, la mañana va cambiando, y se te pasa por la cabeza que eres el más tonto por ponerte lo primero que ves en el armario, pero a la vez piensas que cuando dices de planearlo todo para que salga bien, no ocurre nada, y sin embargo cuando no tienes ganas de verte, como hoy, en un instante te cambia todo.
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