Quede atónico por lo que me había dicho, no podía creerlo, mi mirada se apagó al escuchar dichas palabras, sentía mi pecho muy pesado, como si se trátase de lamento. -qué pena... el amor de tu vida es tu enemiga- trato de bromear Ji-min para cortar el silencio incomodo que había entre los tres. -no me importa...- añadí a lo cual hice que Ji-min dejara de reír. (...) -ya sé que es una Kim... pero eso no me impide estar con ella...- comente mientras volteaba a ver la de nevo, pero me quede helado en un silencio incomodo por la mirada que tenía.