Su voz era grave, masculina y elegante. Incluso hasta acogedora. Tanto así que por un momento creyó que algún ángel o Dios acudiera a rescatarlo. Nuevamente las carcajadas se hicieron retumbar. - Tal vez soy un Dios, pero no del que tu crees... - Ayúdame - sollozaba Jimin - Es hora de despertar Jimin "¿Despertar? ¡Es un sueño!" ¤ Historia totalmente propia. ¤ No son permitidas las adaptaciones. ¤ Ortografía decente. ¤ Historia corta. ¤ Temas tabúesAll Rights Reserved
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