Un hermoso rubio de ojos más azules que el cielo, y con una bellas marquitas en cada mejilla. Y un azabache de ojos ónix, muy atractivo a la vista de cualquiera. Estos dos chicos se aman, pero son demasiado tontos. El rubio es demasiado despistado como para darse cuenta de que está enamorado, y el azabache por su parte, es demasiado orgulloso para admitirlo, pero aunque sus palabras nieguen todo y sus acciones las apoyen, nada puede evitar que la mirada los delate.