un día normal como cualquier otro, niños corriendo, un día soleado y muy tranquilo estaba relajado pensando en como volverme más fuerte, pero justo delante de mí un chico rubio y ojos azules pasaba lleno de entusiasmo y alegría y lo primero que pensé es que debería ser mío, su dulce aroma a miel me descontrolaba y lo único que deseaba era tocarlo y hacerlo mío, por desgracia estaba en selo así que era difícil controlarme SASUKE que haces, sueltame, no toques ahí, por favor no hagas esto!!! me decía llorando aquel chico. No me pude controlar y termine haciendo lo más cruel a ese pobre Omega, desde ahora comenzará nuestra historia y nadie me lo puede arrebatar o las pagaran muy caro