(Descontrol 2) Podríamos decir que luego de cuatro años Laila se habría convertido en una mujer medianamente responsable, pero a sus 21 años sigue siéndole fiel a la personalidad impulsiva y despreocupada que en tantos problemas la metió. A esto se le suma el hecho de que gracias a una generosa herencia no se vio en la necesidad de madurar, en cambio se le dieron las facilidades para continuar con una vida sin preocupaciones ni responsabilidades. O así fue hasta que su hermano decidió ponerle un alto a los despilfarros de Laila y la envió a hacer algo más productivo, algo que no implicara fiestas, compras y viajes. Hasta ahora su vida era un continuo desastre y ella cree que aunque se esfuerce no será capaz de lograr cambios significativos, principalmente porque no tiene planeado cambiar.