❝𝚀𝚞𝚎 𝚜𝚎 𝚝𝚎 𝚑𝚒𝚣𝚘 𝚝𝚊𝚛𝚍𝚎, 𝚑𝚊𝚌𝚎 𝚛𝚊𝚝𝚘 𝚜𝚎 𝚏𝚞𝚎 𝚎𝚕 𝚋𝚊𝚛𝚌𝚘 𝚈 𝚝𝚞𝚜 𝚏𝚘𝚝𝚘𝚜 𝚕𝚊𝚜 𝚋𝚘𝚝𝚎 𝚌𝚘𝚗 𝚝𝚘𝚍𝚘 𝚢 𝚎𝚕 𝚖𝚊𝚛𝚌𝚘 𝙰𝚑𝚘𝚛𝚊 𝚜𝚘𝚗 𝚗𝚘𝚌𝚑𝚎𝚜 𝚍𝚎 𝚓𝚊𝚗𝚐𝚞𝚎𝚘, 𝚢𝚊 𝚗𝚘 𝚜𝚘𝚗 𝚍𝚎 𝚕𝚕𝚊𝚗𝚝𝚘 𝚈 𝚜𝚒 𝚏𝚊́𝚌𝚒𝚕 𝚖𝚎 𝚌𝚊𝚒́, 𝚖𝚊𝚜 𝚏𝚊́𝚌𝚒𝚕 𝚖𝚎 𝚕𝚎𝚟𝚊𝚗𝚝𝚘❞ -Vamos hombre, tu no eres así. -decía el castaño, tratando de alejar la botella de ron que yacía al lado del menor. -¿Cómo soy entonces?. -Le miró a los ojos mientras trataba de formar una sonrisa falsa alrededor de las comisuras de sus labios. -Nunca dejaste que una mujer te dejara así, vamos Jeon, Rose no vale la pena. -¿Quién realmente no vale la pena, ella o yo? A veces me pregunto si en verdad ella hizo lo mejor para ella y me di cuenta que si. Su amigo rodeó los ojos y puso sus manos sobre las mejillas del menor. -Vamos, deja esa botella y sal conmigo. El pelinegro le miró directamente a los ojos, sus socarrones ojos rojos por las lagrimas que constantemente habían caído aquel día se encontraban hinchados. -Vamos. Sonrió pese a tener un fuerte dolor en su pecho. La noche a pesar de todo sería larga.