Sabes ese momento en el que miras a tu alrededor, pero solo ves vacío, como si estuvieras hundida en el mar, intentando evitar hundirte más sin tragar agua, sin encharcar tus pulmones, pero a pesar de luchar e intentar salir a flote los kilos de plomo que tienes en los tobillos ganan, y en vez de subir y respirar te hundes más.
Así se sentía Aura en ese preciso instante. Tumbada boca abajo en su cama. Su habitación era su refugio, donde podía sentir a niveles estratosféricos sus sentimientos, viajar en ellos, y mayoritariamente, ahogarse con ellos.
Solo espero que quien lea la historia viaje por sus sentimientos como lo hace Aura. Que se deje llevar por lo que le haga sentir. Espero que quien lea esto disfrute aunque sea un poquito y le guste otro poquito, con eso me basta.