Me llamo Dara Abrahams, y tengo 23 años. Hace poco me mudé a mi ciudad natal. Sí, en la que nací, pero en la que hacía más de diez años que no vivía. Se podría decir que conocía la ciudad aunque muy superficialmente, y después de vivir un año aquí sigo sin saber ubicarme cuando salgo, ni tampoco he aprendido a cruzar las calles cuando hay treinta carros intentando atravesar la misma calle que yo quiero pasar para llegar a la otra acera. A los siente años me mudé a un pequeño pueblo en lo que a lo mucho pasaban diez carros por la calle, y en ese lugar hice mi vida, tenía a mis mejores amigos, mi escuela, y lo más importante: mi primer amor. Pero hace tres meses nos despedimos para siempre, y durante la despedida apenas nos podíamos ver a los ojos. Así que yo solo podía preguntarme ¿a dónde se fue todo el amor que una vez llegué a sentir? Lo que a continuación te contaré no es una historia de amor, sino de desamor. Te narraré la manera en la que me fui desenamorando del primer gran amor de mi vida, ese que yo pensé que sería para siempre, con el que yo soñaba casarme en algún punto de mi vida y tener tres hermosos hijos. Todo esto para que entiendas que la grandeza de un amor no asegura que dure para siempre, los problemas, las inseguridades y la inmadurez pueden acabar con todo lo que tú creías amar. Y eso fue lo que me pasó a mí.All Rights Reserved
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