Hay dos cosas que no me dejan dormir por las noches: La certeza de que odio a las personas enfermas ya que en lugar de rezar por su sanación, siempre termino rezando porque Dios sea bondadoso y les conceda la muerte. El daño que he causado a quiénes amo. ¿Por cuál de las dos seré condenada? Es una carrera a contrarreloj entre ambas y yo y temo que las dos me alcancen al mismo tiempo. En la oscuridad del bosque del pueblo en que nací y crecí, del cual hui, ellas tienen ventaja sobre mí y están personificadas por dos cazadores. Un verdugo. Un profeta. Uno quiere hacerme pagar con sufrimiento. Uno quiere hacerme llorar lágrimas de sangre a causa de su piedad. ¿Habrá misericordia para mí? Yo creo que no. Segunda parte de la saga IMPOSTORES. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©