Angela, una chica callada, inteligente, estudiosa, con una belleza única. La cual oculta debajo de toda esa ropa ancha y esos enormes lentes que tapan su rostro. A menudo, sufría burlas, por ser una chica tan callada y también ocultaba muchas cosas, su mamá era una mujer que le encantaba el dinero y se buscaba hombres que le dieran dinero a cambio de sexo, incluso cuando se casaban y gracias a eso su mamá tenía mucho dinero y ahora lo que le gusta son los hombres de la edad de Angela. Angela, va para una universidad en Boston, claro, que su mamá le pagó, a pesar de que la tratará mal y la dijera cosas horribles por su apariencia física, lo contrario de su hermana, la cual es mayor que ella por un año y va más un año adelantada en la Universidad. A Angela le toca de compañero de cuarto un chico, el chico rudo, guapo y peligroso de todo el Instituto, incluso, el más mujeriego de todos. Al principio es difícil la convivencia de ambos, pero a medida que pasa el tiempo un lazo los va uniendo...
-Dejame en paz por favor, ya mañana no estaré aquí-dijo Angela entre lágrimas y el niega.
- No, viste las cosas mal. Ósea, yo no me besé con tu mamá, ella fue quien me besó a mi. No tengo la culpa de eso, y tu mamá y yo si tuvimos algo pero fue hace mucho tiempo, antes de conocerte y sólo me acosté con ella y nada más. Te amo a ti Angela, nunca me había enamorado de alguien, y sueno raro diciéndolo pero es lo que siento. No te vayas-dijo Bryan y Angela observa a su mamá.
- No hace faltan tus explicaciones, ya vi ese maldito vídeo pornográfico donde sales revolcandote con ella. Sabes que, vete a la mierda y quédate con esta señora-dijo Angela mirando a su mamá con decepción.
-Angela, no lo hagas por favor-dijo Bryan y Angela sólo niega con lágrimas en los ojos.
-Son un par de asquerosos-dijo Angela, y con eso sale dando un fuerte portazo.
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.