¿Quién se iba a imaginar que un accidente provocado por un frappuccino de crema iba a ser el causante del comienzo de una historia? Loco, ¿cierto? Dylan, fue aquella persona con la que tuve ese pequeño "incidente", y no puedo prometer o asegurar que fue de lo mejor, para nada. Pero algo que si que no me esperaba es que él sería el hijo de la familia que se mudaría a la casa de al lado. Dylan Evans, el chico con quien me choqué y resultó ser mi nuevo vecino. Tremenda coincidencia ¿no? Sí, lo sé.
¿Qué? ¿Qué quién soy yo? Ay si, perdona. Soy Jessica, Jessica Anderson.
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.