Yamaguchi y Kageyama se habían vuelto muy unidos en tan poco tiempo, estaban raros y eso levanto sospechas. Kageyama había aprendido a sonreír y Yamaguchi aprendió a colocar de una forma casi perfecta. Se la pasaban todos los recreos juntos, se iban a casa juntos a pesar de que vivían en dos extremos diferentes del pueblo, salían los fines de semana, ambos se hicieron más habladores, reían a carcajadas todo el tiempo y sobre todo se trataban de manera íntima... Claramente eso no le gustó a Hinata y Tsukishima.