Rin había vivido su vida de una forma relativamente tranquila, hasta que a su casa llegó un chico de apariencia peculiar, de quien se corrían a voces características negativas. ¿Lo peor del problema? Era la pareja de su hermano mayor. Necesitaba sacarlo de ahí, y de su vida si era posible. ¡Esto no es un simulacro! Debía llevar a cabo la ardua misión de conocer a aquella antena maldita y, si se podía, echarla de su casa. G.E.F: ¡Grave Emergencia Familiar! ¡No es un simulacro! Repito; ¡No es un simulacro!
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