“-Como en la historia de la oruga, dejemos que la vida nos sorprenda y nos transforme en unos seres maravillosos. Nunca sabes de las oportunidades escondidas en el futuro hermoso que yace delante de ti y del potencial latente y encubierto dentro tuyo -dijo Netaniel a Katriel con una sonrisa. A Katriel le encantaban las mariposas. Juntó las manos con sus pulgares tocándose el uno y el otro, y empezó a moverlas como las alas de este insecto, mostrando su "mariposa" a su abuelo con una gran sonrisa en el rostro. Los dos sonrieron y se sentaron juntos en la parte de atrás del camión, esperanzados en un buen futuro delante de ellos.”