Me miraba con los ojos llorosos, la ropa desgastada, sucia. Todo aquello era mi culpa, sucedió esto por mi culpa. -Lo siento, perdóname, eres lo que mas amo en esta tierra. Annie, te amo mas que a mi mismo- Le dije llorándole, trataba de abrazarla, pero no me daba mas que puñetes o arañazos para que no la tocara. Su mirada estaba perdida, no transmitía el mismo brillo que tanto añoraba. -Estas jodido y no puedo ayudarte, tuvo que pasarme esto para darme cuenta que..... estar contigo es lo mismo que estar con todos tus demonios, tus monstruos..- Su voz estaba ronca, me partía el alma escucharla así. Su tono era firme, entendí que ya no podía recuperarla, la había roto y ya no podía arreglarla. -Te pido solo una oportunidad más, por favor. Tu y somos el uno por el otro. ¿Tu eres mía y yo soy tuyo, recuerdas?.-Dije en tono suplicante. -¿Tuya? Me secuestraron, mataron a mi mejor amiga por tu culpa!. Todo lo que tocas, lo destruyes. Aléjate de mi.-Dijo alejándose de mí. Tenía razón, lo único bueno que había tenido, lo había perdido y esta vez para siempre.