Me miraba con los ojos llorosos, la ropa desgastada, sucia. Todo aquello era mi culpa, sucedió esto por mi culpa.
-Lo siento, perdóname, eres lo que mas amo en esta tierra. Annie, te amo mas que a mi mismo- Le dije llorándole, trataba de abrazarla, pero no me daba mas que puñetes o arañazos para que no la tocara. Su mirada estaba perdida, no transmitía el mismo brillo que tanto añoraba.
-Estas jodido y no puedo ayudarte, tuvo que pasarme esto para darme cuenta que..... estar contigo es lo mismo que estar con todos tus demonios, tus monstruos..- Su voz estaba ronca, me partía el alma escucharla así. Su tono era firme, entendí que ya no podía recuperarla, la había roto y ya no podía arreglarla.
-Te pido solo una oportunidad más, por favor. Tu y somos el uno por el otro. ¿Tu eres mía y yo soy tuyo, recuerdas?.-Dije en tono suplicante.
-¿Tuya? Me secuestraron, mataron a mi mejor amiga por tu culpa!. Todo lo que tocas, lo destruyes. Aléjate de mi.-Dijo alejándose de mí.
Tenía razón, lo único bueno que había tenido, lo había perdido y esta vez para siempre.
Arodmy Darotski, no se enamora él se obsesiona. Su pensamiento siempre fue no perder el tiempo con crías menores que él, seres inexpertos como suele llamarlas.
Pero todo cambia cuando conoce a su dulce y tierna empleada quien poco a poco se ganará su confianza convirtiéndose en su gerente general.
Loliery es todo lo contario, dulce e inocente.
El destino los unió y Arodmy se obsesionó.