¿Qué sucede cuando encuentras a tu destinado, pero por culpa de una promesa que hiciste no puedes tenerlo? ¿Qué tanta validez pueden tener las palabras cuando se está enamorado? Una mala jugada del destino hace que Rengoku Kyojuro se ofrezca a ayudar a un compañero del trabajo a entrenar y proteger a su discípulo sin antes percatarse de que aquel omega de rojizos cabellos era en realidad su destinado. "¡Yo te puedo ayudar!" "Te juro que mientras esté a mi lado no le pasará nada." "Supongo que mientras mantengas esas palabras no habrá ningún problema."