Esclavizada a vivir una condena que su propia familia la había dejado en el borde sólo para sus propios beneficios, deberá cumplir el cuidado y atención en el castillo Dimitrescu, donde el deseo por su sangre cálida y espesa la hará dar un hambre voraz entre las pertenecientes del castillo, que la obligarán a quedarse ahí hasta que caiga en un profunda desesperación por querer escuchar la palabra "libertad"