La niña de polen

Solía columpiarme en los parques más cercanos, recordando mi infancia, algo distorsionada y turbia. Como si todo eso hubiese sido ayer. Ya ni podía notar el susurro de las hojas en ese mismo momento, en que el aire intentaba decirme algo. Volvía a estar sola. Como siempre. Sin nadie que me quisiera ni comprendiese, demasiados años sola. Sin ser nada ni nadie en el mundo, y que el mundo no fuese tampoco nada para mí. Volvía a caminar sola, sentarme sola en el instituto, y comer sola. ¿De qué me preocupo? Si la soledad es algo que pertenece a mí. Y en parte, es algo que me gusta. No quiero ni que me entiendan ni que me comprendan, sólo pensaba en buscarme a mí misma. Y buscando donde estuve nada ya quedaba...