En esta historia se dispone un escenario ficticio en el que el nombre de Marlena, que aparece en repetidas canciones del grupo de música italiano Måneskin, pertenece a una muchacha a la que nuestros ídolos conocieron antes de hacerse famosos, la cual los marcó a todos ellos pero, sobre todo, a Victoria de Angelis, que jamás la olvidaría.
Marlena Rodríguez es una chica fruto de la mezcla de dos culturas: la italiana y la española. A pesar de que ella se crió en España, cada verano debe regresar a la hermosa ciudad de Roma, donde viven su madre y su hermano mayor.
El complicado pasado de Marlena hará que ella se muestre reacia a encontrar el amor, llegando incluso a pensar que éste no existe, ya que ninguna de las parejas que ha conocido han llegado a funcionar.
Esto, sin embargo, cambiará cuando, con motivo de la boda de su hermano, deba cantar junto a un grupo de jóvenes músicos de su edad, que disfrutan tocando juntos en las calles de Roma y se hacen llamar Måneskin.
Cada miembro de este grupo hará que Marlena descubra distintos aspectos de su personalidad que no conocía, dando lugar a una estrecha relación de amistad entre ellos y al encuentro con su primer amor: la única chica del grupo, la bajista, Victoria.
Samantha Rivera y María Victoria Arellano.
No tenían muchas cosas en común, sus edades eran distintas, sus maneras de caminar no coincidían y mucho menos la estatura. Nunca pensaban igual, tenían ideas muy diferentes y actitudes contrarias. María Victoria era dueña de si misma, Samantha era una chica insegura. Sus manos parecían ser hechas como piezas exactas para encajar una con otra, con los dedos entrelazados y mirando a la misma dirección.
Samantha era su pequeña.
Está historia no me pertenece, todos los derechos a su autor original.