Te adoro y no sabes cuánto, pero tengo que empezar a valorarme a mí misma. Y antes que escribírtelo a ti, mejor escribo un libro y así lo lee cualquiera menos tú. Aunque nadie lo lea, más que sea me desahogo con esto y no ando después buscándote como si fueras la última Coca Cola del desierto, y yo una chica en pleno desierto a 40°C.