"No puedes cambiarme." Gritó Geto, golpeando con furia la pared, su respiración agitada resonaba en toda la habitación. Ella se acercó a él, limitándose a abrazarlo por detrás, recargando su cabeza en su amplia espalda. "No quiero cambiarte." Dijo ella en un susurro. "Te amo tal y como eres."