Donde Mueren las Estrellas

La magia está muriendo en el reino de Feigrland. Sólo unos pocos lo han notado, pero las estrellas son cada noche más escasas y el color del cielo está tomando un tono carmesí alrededor de la Luna roja.

Muchos sacerdotes hace días que perdieron sus lazos divinos y los milagros comenzaron a debilitarse. Las torres de magos han cerrado de manera repentina negándose a dar explicaciones al público y hace ya tres lunas que no se sabe nada de la Familia Real.

Cada tres noches, en la Luna de Sangre, como si fuera un espejismo de mal gusto, aparece una sonrisa macabra, y los que son capaces de verla, sienten el olor de la sangre, escuchan una risa maliciosa en la distancia y su piel se eriza. De una forma u otra, saben que alguien, en alguna parte de la capital, ha muerto.

En esta ciudad, Grárverold, capital de Feigrland, se está extendiendo el velo de la ruina sin que sus habitantes tan siquiera se den cuenta.