Podemos pretender que somos buenas personas, fingir que somos capaces de amar y que esto no es más que un juego de poder, pero ambos sabíamos en que nos estábamos metiendo cuando te deje entrar en mi cama. Es mi lugar lo que deseas, lo vi en tus ojos desde la primera vez, pero no pude evitar la maldita naturaleza de mi propia especie, mi omega te deseaba, tu alfa anhelaba mis labios y lo jodimos todo a su paso. No podría decir quien de los dos es peor en esta situación, quien mintió más o quien terminó siendo un impostor, pero sé que mi marchito corazón, aprendió a latir por ti hasta el día en que lo rompiste. Ahora tienes lo que creías merecer, más no lo que deseas. Pero sigues jugando bajo mis reglas. Omegaverse.