Ahí estaba él, con aquellos ojos cafés, tan comunes, pero que para mi eran únicos. Su mirada ya no reflejaba amor, solo podía ver angustia, tristeza, dolor... y todo fue por mis palabras, por la decisión que había tomado, por las preguntas que rondaban por mi cabeza. ¿Podríamos superar esto? ¿Le ganaríamos a la distancia? ¿Seria capaz de comprender el por que hacia esto? Esta ultima pregunta era la que mas resonaba en mi cabeza, mientas mis pies me dirigían en dirección contraria a él, mientras me guiaban a mi auto. Mientras tomaba la carretera no pude evitar mirar por el retrovisor y verlo, había quebrado algo en él, que no sabia si podría reparar.