La brisa de Roma, choca contra mis mejillas, no había notado lo diferente que era observar el paisaje cuando tienes dolor en el corazón. En Verona deje todo, incluido el recuerdo de mi padre. Los sucesos ocurridos durante las pasadas 72 horas, dan vueltas en mi cabeza, haciendo que se nuble mi visión ante las lagrimas que escapan desenfrenadas de mis ojos.
Una mano toca mi hombro con delicadeza - Todo estará Bien Fiore - dice con tono neutro tras soltar un suspiro. No podia dejar que sus ojos azules me vieran totalmente destruida, rendida ante la perdida de todo lo que tenia, temia que al hacerlo una sonrisa de victoria figurara en su rostro.
- Ganaste- mis ojos se llenaron de lagrimas- ¿Qué mas quieres de mi?- mi voz comenzaba a quebrarse- Si no lo notaste, ya no hay nada mas que te puedas llevar-
-¿Eso es lo que piensas de mi?- hizo una pausa, senti como llevaba las manos a sus ojos- No soy un ladron Fiore-
-No tienes ningun derecho a llamarme asi- Levante mi mirada en su direccion, el se veia tan apagado como yo, pero en este punto ya no sabia si estaba mintiendo.
-Lo siento, Señorita Morelli- Intento acercarse, pero me aleje- Si tu me dejaras...-
-No quiero- desvie la mirada hacia cualquier lugar, para evitar mirarlo - Yo no te conozco, tu lo dijiste- Soltaste un suspiro- Asi que me harias un gran favor si te vas lejos de mi-
-¿Que haras sin mi? Ahora estas sola, no tienes a donde ir, mucho menos a quien recurrir- la molestia en su voz era muy notoria- Solo quiero ayudarte-
-No necesito de ti, puedo cuidarme sola- recoji mi cabello con algo de rabia- Y es lo que hare- Tome mis cosas y camine, no sabia a donde iba, pero si lo que haria.
-¿Que es lo que pretendes hacer?- La duda y el miedo lo hicieron titubear- Morelli, no estaras pensando...-
-Asi es- Dije firme- Voy a recuperar lo que me pertenece.