Seamos sinceros. Yo era la reina, solo que nadie aquí parecía saberlo. Este estúpido lugar no era para mí. No era importante, exigente, con influencia, ni siquiera tenía un campus decente, pero me convenía estar aquí y realmente no cambiaría de parecer. O eso creía... _¿Que? ¿Acaso quieres que me acueste contigo a cambió de tu silencio?- El me miró confundido pero entendiendo claramente a lo que me refería.- Pues lamento informarte, que no me acuesto con idiotas. _No necesito nada de eso.- Aclaró en tono serio antes de pasarme un papel el cual tome en un segundo y lo abrí...