Dicen que el silencio dice más que mil palabras, pero no aplica cuando el pasado pide a gritos ser escuchado.
El pasado necesita contar a gritos la verdad.
Cuándo el reloj de arena estalle, será demasiado tarde para recoger los trozos perdidos, cuando el reloj empiece a andar en dirección opuesta y las manecillas se detengan indicando el momento exacto del caos. Nada será lo mismo.
La verdad curará a muchos las heridas viejas, pero será como un puñal en el corazón para otros.
El reloj hace tic-tac.
Las manecillas del reloj empiezan a retroceder.
Las mentiras tienen patas cortas, no? por eso usan tacones, pero a esta ya se le quebró uno.
el tiempo y el reloj, ya no son nuestros aliados. No hasta que la tempestad termine.