Relatos y poemas que traspasan fronteras. Imagina estar en un café, en 1950, charlando a la luz de la luna de medianoche en la ciudad de Nueva York. Luego, tu mente se disipa y, cuando logra orientarse, te encuentras en un bosque profundo. Habitas alegremente entre haditas y criaturas fantásticas. Pero una vez más, pierdes el rumbo, te desvías. La brisa acaricia tu rostro mientras recuperas la conciencia. El canto de los pájaros, el sol de medio día y el sonido de las olas del mar te hacen comprender que ahora estás en una pequeña casa en el campo, alejado de todo. Si te preguntas, ¿Cómo es que has logrado viajar de un lugar a otro de forma tan rápida incluso desconociendo la época en que te encuentras? Verás, todo eso ha sido posible, gracias a las historias que te voy a contar. Comencemos con lo que yo llamo...pequeñas historias. ¿Te unirás?
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