Algunos se arrepienten, algunos se lamentan, algunos siguen pensando que no hicieron nada y otros piensan. Yo soy de los que piensan. Pienso todo el rato, cada día, cada hora, cada segundo lo paso pensando. Pienso en cómo sería todo si no hubiese sucedido, pienso en cómo estaría, cómo estarían. Y comprendo que no siento culpa. Yo no tuve la culpa, yo no era consciente. Sé que fue mi cuerpo quien lo hizo, pero no yo. Yo jamás comprendí lo sucedido hasta ahora. Ahora puedo pensar y asimilar que ya no valgo nada, qué voy a estar aquí encerrado hasta que la muerte me lleve al infierno y conozca el lugar en el que permaneceré toda la eternidad, viviré en lo que me he convertido y lo único que haré será pensar, como ahora pero en otro lugar, encerrado y solo en la cárcel de mi memoria.