"Segunda parte de Caricias salvajes". *** Joe Keen es un joven con unos padres y unos hermanos corrientes, o eso parece. En realidad, nada de su pasado entra en el significado de la palabra normalidad, mucho menos su niñez. Los estragos que le dejó su infancia le convirtieron en un joven que detesta socializar, conversar y tener cualquier tipo de relación que no sea estrictamente necesaria. Él sólo piensa en leer; en vivir cientos de vidas distintas sin salir de casa; en sus libros... Joe necesita los libros casi tanto como respirar, pues son lo único que le hace olvidar que un día fue un niño del que abusaron. Sin embargo, la atracción por salir de su burbuja de desinterés y soledad despierta en él cuando se topa con la chica más guapa que ha visto nunca. Una chica con mirada salvaje: Alana Hyland, nueva en la ciudad y hermana de un tipo que ahora forma parte del entorno de Joe. Ella le supone todo un misterio. No sabe nada acerca de su pasado o sus gustos y, sin embargo, no es capaz de dejar de observarla cuando la tiene delante. Pero Alana ya tiene a alguien y Joe no piensa meterse donde no le llaman... ¿o sí?