El príncipe rescató a la princesa para después, cabalgar juntos al atardecer y vivir felices para siempre... Así vive la realeza ¿no? O eso creía Jack, hasta que llegó a su vida Mac y se dió cuenta que todos sus espectativas respecto a los príncipes o la vida real eran completamente falsas. Pero lo que más le preocupaba era el sufrimiento, su sufrimiento. Él solo es un jóven, un chico al que se le han cargado muchas responsabilidades las cuales, por hacerlas bien todas, están acabando con su vida, su corazón, su mente y su alma, convirtiéndose en el heredero perfecto: "Aquel que pone el bienestar de su pueblo, antes que el suyo, olvidándose completamente, de que es humano..."
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