El tiempo es cómplice de fechorías, de mal entendidos, de recuerdos, de momentos y de dejar pasar sufrimientos, pero el tiempo no es cómplice de la felicidad, el tiempo y la felicidad no van de la mano, es más, la felicidad es menguada con el tiempo, pero Santana y Brittany, fuera de cualquier pronóstico, no fueron otras víctimas del casi traicionero tiempo.