Esto no es una novela. No es ficción. No hablo de romances, ni de resolver ningún misterio. No pienso hablar de padres, madres o hijos. Ni siquiera de abuelos o nietos. Esto podría estar pasando en el edificio de al lado, en la ciudad de al lado, al otro lado del mundo, o puede no estar pasando. Incluso puede estar pasándote a ti. Esta es mi historia. Y trata sobre cómo resurgí después de mi propia muerte.