Pedro Badía, en la noche de Navidad, recibe una carta de su abuelo, ya fallecido, en que lo invita a visitarle bajo las lápidas del cementerio donde piensa continuar la tradición de leeerle un cuento de terror, como hizo en vida. Pedro, al que llaman "el sin miedo", no se lo piensa dos veces y acude al lugar. La lápida esconde los peldaños de una escalera que lo llevará hasta una ciudad subterránea donde los vivos, ahora calaveras vestidas con harapos, se dedican a la buena vida . Y será allí, cuando se reencuentre con el viejo calavera donde conocerá el miedo, aunque por poco tiempo. Bartolomé Casas, el viejo pirata James O'Brian, una actiz venida a menos, Rachel Deschamps y el antiguo baloncestista Ken Wilson, los nuevos amigos del abuelo, procurarán que, aunque allí, los humanos están prohibidos, el pequeño Pedro se lo pase de miedo...
El pueblo de Wilson es tranquilo, regido por sus costumbres y creencias religiosas muy estrictas, donde Leigh ha crecido, siguiendo cada regla y pauta como se le ha indicado. Un pueblo donde no se recibe con mucha gracia a los recién llegados así que cuando Los Steins se mudan a su lado, Leigh no puede evitar sentir curiosidad.
Los Steins son adinerados, misteriosos y muy elegantes. Lucen como el retrato perfecto de una familia, pero ¿Lo son? ¿Qué se esconde detrás de tanta perfección? Y cuando la muerte comienza a merodear el pueblo, todos no pueden evitar preguntarse si tiene algo que ver con los nuevos miembros de la comunidad.
Leigh es la única que puede indagar para descubrir la verdad, ella es la única que puede acercarse al hijo mayor de la familia, el infame, arrogante, y frío Heist.