Días de otoño, noches oscuras, cafés, árboles, vistas y estrellas. Palabras que son difíciles de congeniar, pero no imposibles. También suena raro decir que observando se puede llegar a descifrar a alguien. Ophelia y Theodore eran la prueba exacta de que no hacía falta expresarse de manera extravagante, con tan solo dos palabras se podía llegar a formar un nuevo universo. Mi, su y nuestro. Una frase que llegaría a cambiar el entorno de cada uno. Pero de una cosa estoy segura, con mi gran especialidad en querer saber todo y la indiferencia de la gente, no podía salir algo bueno de eso. ¿O si?
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