Todo comenzó el primer día de clases. Llegaste a Villa Padua después que a tu padre le ofrecieran una generosa oportunidad de trabajo. Tuviste que dejar tu vida, tu casa y tus amigos, y mudarte al otro lado del país. No querías, claro que no, pero la decisión estaba tomada. Entraste a ese Instituto, su Instituto. Querías pasar desapercibido, pero ellos te notaron antes de que pudieras esconderte. Sonrieron mientras te etiquetaban con la «P», la «P de Perdedor», y tú temblabas. En ese instante no lo entendiste; no sabías lo que aquella letra significaba hasta que te convertiste en su presa, en la presa de los González y de toda la escuela. Porque los Perdedores no son bienvenidos en Padua. Para ellos era solo un juego. Para los González todo es un juego. • • • Obra Registrada en Safe Creative bajo el código 2001246698209 y en el Centro Nacional de Derecho de Autor de Cuba (CENDA). Queda expresamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas por las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento. Todos los derechos reservados a Arlenis Pérez Nuñez, 2020