Llegó Diciembre y con eso el aroma de los jazmines, al volver a la casa de la costa a la que no iba hacer años recordé entonces aquél verano donde dejé ir a la persona que se transformó en el más amoroso inquilino de mi universo, Peter Lanzani, un adolescente como yo necesitó un lugar en el cual poder dormir, por eso mismo le alquilé una habitación de mi humilde casa, la casa costera de mi familia. Cuando a penas lo conocí sentí una especie de angustia, una energía rara, por un momento creí que mi alma lo reconocía de otra vida, ¿eso pudo haber sido real? Yo pienso que las almas simplemente se encuentran, se relacionan, se apegan según la afinidad energética que poseen y su pureza, así era él, puro, bueno, divertido, dulce. Tal vez solo tuvo que aparecer por un breve tiempo para que yo aprenda algunas cosas, pero la verdad es que a pesar de los años que pasaron nunca lo olvidé, ¿él me habrá olvidado? La vida no se detiene, continúa, yo continué, pero siempre con esa duda.