Carter trata de llevar adelante su vida con una inestable salud mental y quebradas relaciones familiares, su expediente cuenta con dos intentos frutrados de suicidio y una clara dependencia a los ansiolíticos. Su situación sin duda empeora cuando descubre que su padre engañaba a su madre hace más de catorce años, esto provoca la mudanza de ambas a Oranmore, en la casa de sus abuelos, arrastrando traumas, inseguridades y un par de deudas. El último año antes de entrar a la universidad se vuelve caótico, conociendo a nuevas personas, nuevos lugares y, sobre todo, dándose espacio para potenciar sus intereses personales y descubrir su sexualidad. Una historia donde los actos más simples pueden traer las peores consecuencias, y el arrepentimiento no vale nada en comparación a los traumas emocionales.